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Aprender a comer solo

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El “baby led weaning” (BLW), que podría traducirse como “aprender a comer solo” o “alimentación complementaria dirigida por el bebé” es una práctica cada vez más habitual que consiste en dar al niño preparaciones que forman parte del menú familiar con pequeñas adaptaciones, sin recurrir a los triturados de la alimentación convencional.

La lactancia exclusiva está recomendada hasta los 6 meses, y a partir de esta edad se debe iniciar la introducción de diferentes alimentos aprovechando que el niño va desarrollando las habilidades motoras para empezar a comer. Aquí es entonces, cuando se plantean 2 alternativas para efectuar la introducción: alimentos triturados con cuchara (la forma convencional) o alimentos muy blandos en trocitos o alargados que pueden ser cogidos por las manos del bebé.

 

Beneficios del Baby Led Weaning

 

Esta última alternativa es la que se conoce como “baby led weaning” (BLW) y ofrecería los siguientes beneficios:

  • El bebé participa de las comidas familiares, lo que se traduce en mayor diversidad de alimentos y más integración.
  • Logra que toda la familia se oriente a un mayor consumo de alimentos saludables, ya que se le enseña a través del ejemplo.
  • Favorece las habilidades motoras y la autonomía del bebé.
  • Permite estimular más los sentidos del bebé al descubrir por el mismo, distintos sabores, texturas, colores y olores.
  • Fomenta la independencia temprana del bebé.
  • Los bebés determinan a la velocidad que comen, y por lo tanto disfrutan más de la comida, sin sufrir imposiciones o asociaciones negativas con la comida.
  • Al no obligarlos a comer o a terminar el plato, más adelante estarán dispuestos a probar nuevos alimentos en el futuro.
  • Favorece la adquisición de buenos hábitos alimentarios que logran evitar el sobrepeso y/o obesidad en el corto y largo plazo.
  • Al no utilizarse prácticamente “cereales para bebés”, “yogures infantiles”, “gusanitos”, etc. el bebé no consume azúcares añadidos o sal, que son ingredientes a evitar tanto en el primer año de vida como en los restantes.

 

Entre los posibles riesgos del BLW, estarían el riesgo de deficiencia de hierro y de atragantamiento (aunque muchos padres lo practican con éxito); por estas razones, actualmente se está efectuando en la Universidad de Otago, Nueva Zelanda un estudio llamado BLISS (equivalente al BLW con algunas modificaciones y mejoras) para conocer el impacto sobre la salud de los bebés de este tipo de alimentación complementaria.

 

Recomendaciones para poner en marcha el Baby Lead Weaning

 

En cualquier caso se deben tener presente las siguientes recomendaciones:

  • La lactancia materna o artificial (si la primera no es posible) sigue siendo la principal fuente de energía por lo que no debe interrumpirse.
  • La incorporación de nuevos alimentos se tiene que hacer de una manera progresiva, lenta y en pequeñas cantidades, respetando un intervalo de algunos días (entre 3 y 5 días, por ejemplo) para cada nuevo alimento y observando cómo se tolera.
  • Puede ofrecerse fruta, verdura, farináceos (arroz, pasta, pan, etc.), legumbres, aceite de oliva de acuerdo al apetito del bebé y no dar más de 30-40 g de carne o pescado al día o bien un huevo pequeño diario.
  • Se aconseja más bien chafar los alimentos que triturarlos, así como evitar aquellos alimentos que pueden producir atragantamiento como frutos secos enteros (que si pueden ofrecerse molidos), uvas, palomitas, trozos de manzana o zanahoria cruda que podrán ser consumidos en estas formas a partir de los 3 años de edad.
  • Los niños van adquiriendo destrezas manuales para alimentarse solos, beber de un vaso o una taza cogidos con las dos manos y pueden comer lo mismo que el resto de la familia, con algunas pequeñas adaptaciones, como, por ejemplo, cortar los alimentos en pequeñas porciones y permitir que cojan la comida con los dedos o se la coman con la cuchara.

 

Conclusiones

 

La adquisición de buenos hábitos alimentarios en la infancia es crucial para poder gozar de un buen estado de salud en la adultez, por lo que la preocupación creciente de ofrecer a nuestros niños una alimentación sana y sostenible debería ser una prioridad en todos los hogares.