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Dieta para la artritis reumatoide

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La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por la inflamación crónica de las articulaciones, produciendo una destrucción progresiva con deformidad. Es una enfermedad que, además de las molestias ocasionadas por el dolor, comporta una incapacidad funcional que empeora con el tiempo y supone un verdadero problema para los afectados. El tratamiento nutricional elaborado por un dietista – nutricionista complementa de una manera muy satisfactoria los tratamientos médicos y farmacológicos, ayudando a mejorar la inflamación y tratando problemas comunes relacionados con la enfermedad como son las alergias o la malabsorción intestinal.

 

Afectación y causas de la artritis reumatoide

 

La artritis reumatoide produce un daño en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos. Lo que más la caracteriza es el dolor y la rigidez de las articulaciones, sobre todo en los dedos de las manos. En ocasiones puede producirse un comportamiento más allá del articular afectando diversos órganos y sistemas.

Las causas de inicio de la enfermedad son desconocidas, aunque en todas las enfermedades reumatológicas acostumbra a haber factores emocionales y cargas psicológicas detrás.

Los síntomas son progresivos pero también acostumbran a haber brotes agudos o puntuales de mayor afectación que se alternan con épocas sin síntomas.

 

Principales síntomas de la artritis reumatoide

 

  • Inflamación de las articulaciones con dolor: sobretodo en muñecas, dedos de las manos y pies, codos, hombros, cadera, rodillas y tobillos.
  • Estados de mayor rigidez por las mañanas.
  • Deformidad progresiva de las articulaciones que provoca una reducción de la movilidad.

 

A quién afecta la artritis reumatoide

 

Es una enfermedad que padece 1 de cada 200 personas y se calcula que en España hay 200.000 personas afectadas. Es más frecuente en mujeres que en hombres y aparece en edades jóvenes (a partir de los 25 años) aunque su máxima incidencia se sitúa entre los 45 y los 55 años. También se han visto casos de niños afectados por artritis.

La primera vez que aparece un ataque de artritis acostumbra a ser después de una gran situación de estrés.

 

Recomendaciones generales para la artritis reumatoide

 

  • Evitar el estrés, tanto mental como físico (provocado por ejercicio físico intenso).
  • Dormir entre 8 – 10 horas nocturnas y realizar una siesta de 30 minutos.
  • Empezar el día con un baño de agua caliente para disminuir la rigidez y agarrotamiento por las mañanas.
  • Evitar realizar movimientos muy repetitivos (sobre todo con las manos).
  • Evitar estar muchas horas de pié.
  • No realizar mucha fuerza con las manos, por ejemplo abriendo tarros, fregando, escurriendo la ropa, etc.

 

En definitiva, se pueden mejorar los síntomas con una buena intervención nutricional y un estilo de vida relajado y saludable.

 

Valoración nutricional de las personas con artritis reumatoide

 

Es común encontrar una relación con alergias a ciertos alimentos y una malabsorción de los nutrientes en el intestino. Este problema intestinal puede provocar la carencia de algunos nutrientes que empeoren la enfermedad. Además muchas personas con artritis tienen inapetencia provocada por una falta de salivación y acaban comiendo menos de lo que deberían.

Al ser una enfermedad que cursa con inflamación hay un aumento del metabolismo de la persona, es decir, se queman más calorías y aumentan las necesidades nutricionales.

Como consecuencia de este estado disminuye el peso, la musculatura y la inmunidad de la persona. Por estas razones el tratamiento nutricional a través de la dieta es fundamental para conseguir una recuperación.

 

Relación entre la artritis y otras enfermedades relacionadas con la alimentación

 

Al ser una enfermedad crónica que aparece en edades tempranas es frecuente que el uso continuo de los medicamentos pueda provocar una úlcera péptica y gastritis.

También puede aparecer el síndrome de Sjögren (disfagia, caries, alteración de sabor i olfato) causado por una disminución de la secreción de saliva.

Además algunas personas también pueden sufrir una alteración en la articulación de la mandíbula que limita la apertura de la boca para comer.

 

Recomendaciones dietéticas para la artritis reumatoide

 

Lo más importante a tener en cuenta para tratar la artritis con una alimentación saludable es:

  • Hacer una dieta rica en vitaminas y minerales antioxidantes: Vitamina A, C, E. Minerales como el Zinc y el Selenio.
  • Comer alimentos ricos en carotenos: zanahoria, calabaza, boniato, mango, papaya, melocotón, albaricoque.
  • Comer alimentos basificantes (fruta, verdura, hortalizas, legumbres, tubérculos como la patata, olivas, frutos secos, fruta seca, miel) y disminuir alimentos acidificantes (todos los cereales, carnes, embutidos, derivados del cacahuete, pescados aunque menos).
  • Consumir ácidos grasos esenciales que sean antiinflamatorios naturales: El famoso Omega-3, presente en el pescado azul, las nueces y las semillas de lino.
  • Disminuir el consumo de grasa saturadas: carnes rojas y embutidos, lácteos enteros, nata, mantequilla, margarina, crema de leche, bollería.
  • Usar siempre hacer de oliva virgen.
  • Hacer alimentación rica en nutrientes que es frecuente que se produzca un déficit provocado por la pérdida de peso: Magnesio, Manganeso, Zinc, Selenio, vitamina A, D, E, B12 y fosfatos.
  • Controlar los alimentos que puedan provocar una alergia o intolerancia.
  • A veces puede aparecer una intolerancia a los hidratos de carbono que también hay que controlar a través de la dieta y con suplementación.
  • Se ha observado una mejora de la inflamación cuando se hacen dietas bajas en sal (1200 mg sodio/día). Además también mejoran los efectos secundarios de ciertos medicamentos, como los corticoides, que acostumbran a provocar hipertensión arterial y retención de líquidos.
  • Se recomienda cambiar los alimentos lácteos por sustitutivos de la soja enriquecidos en calcio. La leche sacia más y además es de difícil digestión.
  • La fuente principal de proteínas debe ser a partir de legumbre, pescado, huevo, carne blanca y preparados a base de soja.